Tengo un desastre en mis manos
que habla de nosotros
y la poesía.
No estoy segura cual de los dos esta más roto,
pero menudo desastre...
Demasiada ruina sobre papel mojado
-por lágrimas, ojalá fuera de sueños-.
Nos hemos dejado llover la desesperanza tantas veces...
Que he perdido la cuenta de cuantos Adiós dijimos que serían los últimos.
Seguimos...
Rotos, cojos y descosidos.
Nosotros y la poesía,
siempre desastre,
encallando en cada noche los recuerdos de un café para dos.
Con una sonrisa maquillaje,
un futuro sabor soledad,
y una gran cicatriz izquierda,
resentida,
dolida,
sangrando cada uno de Octubre
por lo que pudo ser y no fue,
ni será.
Tú me buscarás en otras bocas,
que serán caverna de tus miedo,
cuna de tus penas,
área de servicio,
hostal barato del hoy sí,
con el compromiso veremos...
Tú viajaras a otras faldas,
a lo loco,
a calada de ayer yo,
hoy María.
Yo, con brújula apuntando cielo,
le cantaré los sueños al papel,
prestaré batalla a lo imposible
y besaré algún sapo más...
Me morderán,
me tocarán Vivaldi en alguna cama,
y viajaré a Italia.
Si quieres, puedes venir.
A rompernos,
digo.
No podemos quitarnos la piel,
Dejarnos atrás,
olvidar,
reparar,
coser.
Eres poesía,
soy poesía,
lo somos,
tú y yo,
un auténtico desastre
con el único destino de romperse juntos.