Ya ha acaba el verano, y yo personalmente lo acabo con estilo...castigada. He de reconocer que con razón, pero no me arrepiento de haberme jugado la vida incoscientemente al subirme todos los dias al tejado de la tercera planta del chalet de mis abuelos... Si me caía me mataba, y mis amigas estaban conmigo...pero...yo estuve ahí arriba, bailando, cantando, saludando a la gente que pasaba por ahí; de verdad que no se sentía tan alto, tan cercano a la muerte. No me arrepiento ni un poco, ni si quiera porque me hayan puesto el castigo más severo de mi vida...Me lo pase genial, ¿a quién voy a engañar? Fue una locura de verano que me molo bastante además de alguna otra que prefiero que siga en secreto para que el castigo no sea de por vida... Ya se sabe que...ojos que no ven, corazón que no siente.
Este verano he aprendido un montón de cosas, he madurado, porque cosas para que esto sucediera he tenido a montones. Ahora ya o falta nada para el colegio, y me espera Bachiller, supongo que es lo que toca. Estoy preparada para lo que me venga en estos dos años. Lista para empezar una aventura nueva.
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