Fuera hace frío.
Un frío tan frío que corta el viento y se respira hielo y no aire. El paisaje es gris, hermético en un esqueleto de metal y piedra; una ciudad llena de ruidos que juntos forman un silencio ensordecedor.
Las nubes estan cargadas de rabia, de tanta ira que parece pesar en ellas toneladas. Pronto lloverá. Tras mi ventana, bajo la luz de un cálido flexo y mis libros, yo. En casa. Esnifo letras, sílabas, palabras...que a poquitos toman asiento en mi cabeza y también miran lejos.
Fuera hace frío.
Un frío tan libre de estas cuatro paredes que se ha vuelto cálido con el contacto de mis más profundos deseos. Dentro de casa, el calor se ha vuelto tormento y los vocablos cuchillos en mi garganta. Me pesan las ideas, como a las nubes la lluvia. Retengo cada gota, pizca, migaja de mi imaginación, y espero paciente la hora de un tiempo incierto en la cual pueda ser finalmente libre.
Libre, como el frío.
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