"Espíritu sin nombre,
indefinible esencia,
yo vivo con la vida
sin formas de la idea"
Rima V (Bequer)
Afilando la espada y sacando brillo a la armadura sonrió. Colgaba de su cuello la llave del baúl de los recuerdos, que hoy estaba abierto, medio vacío, y listo para llenar de nuevas experiencias. En sus ojos había vuelto ese brillo especial, retador, sarcástico, incomprensiblemente sorprendente. ¿Donde había estado todo ese tiempo la esencia que definía su ser? Escondido en un rincón de su mente, dormido por los somníferos de una sociedad que no aceptaba a alguien diferente. Ya a despertado, después de un mes de estar medio ausente. Lo cierto es que la princesa echaba de menos su esencia, y ahora que volvía a recuperar su espada y llevar una coraza, volvía a ser realmente ella.
"Yo, en fin, soy ese espíritu,
desconocida esencia,
perfume misterioso
de que es vaso el poeta"
Rima V (Bequer)
Sus manos acariciaban el aire con dulcura, su sangre hervía, roja española, y sus pies taconeaban al ritmo de una guitarra española....era un baile irreal, un sentimiento. Como echaba de menos ese sentir...
Volvía a ser tripulante de un gran barco, capitana de un velero navegante. No importaban ya las tormentas, las batallas, o las guerras... Había nacido un día de nieve primaveral, un milagro, destinada a cosas grandes. No tenía alas, pero sabía volar.
Ese día, este día, se sentía bien. Volvía ser la princesa de su propio cuento, y no iba permitir que nadie ni nada la destronase. Había tomado decisiones y esta vez iba a armada, no podrían reternela.
"Murmullo que en el alma
se eleva y va creciendo,
como volcán que sordo
anuncia que va arder"
Rima III (Bequer)
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