Se consume Octubre, un mes más en días sin rumbo, y rumbos sin mi. Todo esta quedando atrás, difuso en ojos que no ven más allá de ti. Ya no hay nada de lo que fue un nosotros, un me, te, contigo. Solo quedaron los pronombres, vacíos, huecos, insulsos. Van destiñendo con el otoño los recuerdos.
Este otoño no es como los de antes. No sabe igual; ha cambiado; se ha perdido. Supongo que estaba acostumbrada a la estación de la hojarasca, el olor a castañas en la vuelta de la esquina, y como el hogar era siempre acogedor. Pero este año el sol a bañado las habitaciones del mes, y juega con el frío al escondite, un juego que suele ganar el mejor. El destino ya no sabe dibujar. Con trazos difusos a pintado un otoño de colores demasiado vivos para días tristes. El tiempo parece haberse vuelto loco, y yo con él. Y juro que trato de mantener la cordura, pero vivo un sinsentido que no logró explicar. Ya los porqués no tienen motivos, y se escudan bajo "porque sí". En mi habita la duda del elefante azul, ¿lo abandonó en la sabana de algún cajón para así olvidar? El humo gris me raspa la garganta y ¿Porque no si siempre es porque sí? Soñar se ha convertido en una realidad demasiado lejana. Dormir , escribir y caminar, una rutina. Ya nada es especial, si como todas las cenizas se apaga. El fuego baila, el agua corre, la arena se recrea en una misma ola, y el viento canta suave.
Se consume Octubre entre caladas de olvidos y perdones sin conceder, y yo lo veo marchar sentada en esta rama alta, tan lejos de todo, que ya no me encuentro. El otoño ya no es, ni yo con él, ni nada más.
Este otoño no es como los de antes. No sabe igual; ha cambiado; se ha perdido. Supongo que estaba acostumbrada a la estación de la hojarasca, el olor a castañas en la vuelta de la esquina, y como el hogar era siempre acogedor. Pero este año el sol a bañado las habitaciones del mes, y juega con el frío al escondite, un juego que suele ganar el mejor. El destino ya no sabe dibujar. Con trazos difusos a pintado un otoño de colores demasiado vivos para días tristes. El tiempo parece haberse vuelto loco, y yo con él. Y juro que trato de mantener la cordura, pero vivo un sinsentido que no logró explicar. Ya los porqués no tienen motivos, y se escudan bajo "porque sí". En mi habita la duda del elefante azul, ¿lo abandonó en la sabana de algún cajón para así olvidar? El humo gris me raspa la garganta y ¿Porque no si siempre es porque sí? Soñar se ha convertido en una realidad demasiado lejana. Dormir , escribir y caminar, una rutina. Ya nada es especial, si como todas las cenizas se apaga. El fuego baila, el agua corre, la arena se recrea en una misma ola, y el viento canta suave.
Se consume Octubre entre caladas de olvidos y perdones sin conceder, y yo lo veo marchar sentada en esta rama alta, tan lejos de todo, que ya no me encuentro. El otoño ya no es, ni yo con él, ni nada más.
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