Hasta hace poco estaba segura desde hace mucho tiempo que quería hacer derecho y ADE (administración y dirección de empresas). Era mi sueño desde pequeña. Siempre he querido seguir los pasos de mi padre, ya que soy una gran admiradora suya. Quería estudiar eso en la universidad para especializarme en el derecho empresarial, después hacer practicas en el extranjero y al volver comenzar a trabajar en el despacho de mi padre. Trabajar mucho, aprender de él, y ser lo mejor que pueda llegar a ser; hasta que llegue el día en el que el despacho pase a mis manos. Entonces intentar unirlo mediante algún acuerdo a el despacho de mis tíos de Sevilla y hacer una sede central en Madrid. Un gran sueño. Un gran proyecto.
Ahora no estoy segura de nada. ¿Por qué ambiciono eso? Porque es cómodo, fácil, porque me iba a dar poder y eso es lo que me gusta a mi...independencia, liderazgo. Pero si lo único que me va a satisfacer es el dinero o un puesto importante...al final mi alma no se sentirá del todo realizada. Además, lo que tengo que estudiar en esa doble carrera no es algo que me guste estudiar de verdad, sino mas bien algo que debo hacer. Esto me lleva a preguntarme que me gusta hacer, y la respuesta a esa pregunta es espontánea: escribir.
Escribir me llena y me ayuda a realizarme como persona. Es algo que forma parte de mi, algo para lo que tengo sensibilidad. Es un gran sueño. No tiene salidas, y menos con esta maldita crisis económica. Así que no se que hacer... Después de mucho tiempo segura, me mata la inseguridad de la elección que debo tomar en este año y medio que me queda. El tiempo corre rápido, y he de ir decidiendo mi futuro.
Arriesgarme a soñar lo imposible, o realizar un sueño alcanzable.
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