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sábado, 13 de junio de 2015

Libertad

Chica Dinamita

Hablas de ella como si fuera una puta cualquiera, pero todos sabemos que ella es tu pu(n)ta. El punto de cada frase que compone tu memoria. Y ya no recuerdas si hubo vida antes de su llegada, pero las fotos de niño te lo ponen sobre seguro. 

Ella es una chica huracan, de esas que remueven el alma y te desordenan la vida. Esa chica por la que harías primaveras los 365 dias del año, y siempre habría tiempo para tormentas.

Es de esas con poesia en la mirada, y el cuerpo lleno cicatrices sin verguenza que  no teme exponer al sol. Una chica maremoto, que vuelve loco hasta al marinero más experimentado. A la luna ha dejado en huesos despues de tantas guerras. Y no debe de ser muy grande la galaxia si es inevitable encontrartela en tu ombligo. Ella, de esas chicas que prometen regalarte el cielo cuando se han colocado con una dosis extra de sueños, pero al día siguiente te traen una estrella en una caja de carton. Una chica astronauta, con el corazón fuera de orbita y la cabeza borracha dentro de una botella de ron  .


Ella, tan fuerte como el vodka y tan dulce como el caramelo. Una explosión de tu cordura, y culpala, si la bomba atomica se encuentra entre sus labios. 
Una chica droga, de esas que enganchan y consumen hasta la célula. Una musa a la que poner una pistola en la sien despues de tanto intento fallido por hacerla angel, pero una musa, por que merece la pena hacerla arte.

Una reina del caos, con un laberinto serpenteando en su cabeza, y un minotauro escondido en alguna parte.

Ella, una chica dinamita que te enseño que el fuego solo necesita de las chispas de su mirada. Que solo hace falta rozar su piel para que la electricidad ilumine una ciudad entera. Una "puta", que sabe hacerte la guerra y hablarte de amor la misma noche; y que se pierde en vasos de ginebra para llenar los huecos que le dejaron tus balas. Una chica adrenalina, con la que no necesitas parques de atracciones ni deportes de riesgo para sentir las subidas y caídas que tiene el amor. Ella, que guarda suspiros en hojas de papel y silencios en lugares remotos. Que es un terremoto, y no se mide por ninguna escala. Ella, que tiene las siete vidas de un gato negro y demasiados años de mala suerte en su espalda. Que tiene las vértebras ancladas en tus manos, y hace frío, y ya no importa.

Ella, no es una chica cualquiera. No es la tipica chica de la esquina de un bar de mala muerte, ni la tipica piadosa de misas y rezos. No, ella es una chica salvaje, de esas que saben romper cadenas y no se pueden domar. Una de esas cualquiera que se escurre las normas con saliva y habla de karma. Ella, que hace lo que le da la gana y se llama Libertad.

martes, 9 de junio de 2015

XXXV Miravalles

Han pasado los años de juegos de palmas y corros bailando. Me han pasado, por encima, y se han quedado atrás dejando una estela de recuerdos en vida.  Y después de tantos todos, y sus nadas, aquello que nunca veíamos acabar ha acabado. Pero no te preocupes, no hay adiós que no sea bienvenida. Porque cuando una puerta se cierra, en algún lugar, se abre una ventana. Tú tienes la tuya y ahora, yo tengo la mía. Solo nos queda saltar; y lo sé, da miedo. Una mezcla agridulce de satisfacción y pena. Alegría porque hoy se nos abre un mundo nuevo que quijotizar. Tristeza porque lo que se va no vuelve, o al menos, de la misma manera. 

Esto quedará para el baúl de los recuerdos, y un día...quien sabe cuando...volveremos a abrirlo para a revivir los momentos juntas. Esas risas contagiadas, porque sí, porque la vida es bella y es mejor reír las penas que llorarlas. Aunque también a habido lágrimas, por exámenes caducos que ya han sucumbido al olvido, o peleas tontas porque a veces las hormonas quieren organizar una segunda revolución francesa. De ahí nuestras barricadas en un pasillo infinito, lleno de piernas, brazos, y faldas locas, que siempre estarán de todas las formas...menos en su sitio. 

Guardaremos en secreto nuestras trastadas, para que nuestros hijos no sepan, que sí, como todos los padres, hemos hecho lo mismo. Pero ya no volverán los chicles pegados en la suela del zapato, o en pantalones indebidos, las pelotillas en el techo, o su aplastamiento bajo el pupitre de quien sabe quien. Los extintores en manos de rubias desatadas y ventanas con cristales rotos porque en el fondo, nos encanta lo cutre. Y cuanto más barato mejor. Se da por concluida la evolución de las chuletas, que tan bien nos han acompañado en este viaje. Chuletas que han besado nuestro cuerpo más que conciencias, y se han adentrado en pliegues y recodos nudistas. Recodos y recovecos. Tantos vértices hemos memorizado entre las paredes del colegio...que abandonarlo es como irse de casa. Aunque volvamos a visitarlo, no será lo mismo. 

Ya no voy a tener mi pupitre en aquella esquina apartada del mundo, donde las fantasías son siempre más reales que la ecuación de una recta tangente. Ya no va a haber más comidas sin platos, y pitillos con cenizas cansadas de estudiar.
 No habrá gritos nerviosos,
 ni nerviosas, 
o nervios compartidos, 
ni nerviosismo por digerir. 

No va a ver otra tú a mi lado, esos secretos compartidos en voz baja, o aviones de papel; o si quiera esas miradas cómplices de un extremo a otro de la clase. Miradas de esas que dicen "Que suplicio" o "Me da igual lo que me están contando". Se acaban esas conversaciones gesticulando en las que quien no ve...no entiende nada y ha de ponerse rápidamente las gafas. 

Se acaban las palabras sin censura o los modales en familia. La confianza que da asco pero que voy a echar de menos en la universidad. Esas semanas de exámenes en las que llevar el pelo limpio es toda una hazaña, o aquellos días trágicos en las que nos dicen las notas y se derrumban los cimientos asentados. Nuestros problemas de organización que siempre, sin excepción, pasan por las dos narices de Julia. Y menos mal...porque hay quienes preferimos vivir de la poesía, o llámalo cuento, que hay quienes tienen más o tienen menos. 

Somos las generacion XXXV, bonito numero nos ha tocado, en algo teniamos que tener suerte...porque en los concursos de villancicos nunca la hubo. Menos mal, que entre nosotras abundan las artistas y los ingenios, que somos capaces de construir Coca Colas de un metro ochenta, o monedas propias donde pintar un belén navideño. Eso si, mejor no hablemos de los premios del concurso de belenes, he perdido la cuenta de los que se extraviaron por el camino...o los comimos demasiado rapido para poder disfrutar. 

Durante la ESO nos dijeron que eramos el peor curso de todos. Razones no faltaban para creerlo pues en selva amazonica de nuestra generación había especies de todo tipo. Mejor no concretarlo. Pero la gente crece, madura y se da cuenta que estudiar es la llave de un futuro prometedor, así que al llegar a Bachiller asentamos la cabeza, pero por desgracia, o sin ella, no el corazon. Comienzas los noviazgos, los esfuerzos desesperados por obtener una buena media, la indecisión sobre la carrera y las noches de insomnio con los libros. 

Ahora que nos marchamos, nos dicen que somos de los mejores cursos de Miravalles. Lo somos. Pero no porque lo diga la profesora que en la ESO nos acusaba de lo contrario sino porque nosotras nos vamos con esa sensación en el pecho. A pesar de nuestras diferencias, encuentros y desencuentros durante un camino muy largo, somos una familia. Así que por todos los momentos juntas, y todo lo que he aprendido fuera de los libros en el colegio, gracias