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martes, 27 de octubre de 2015

Te perdono




Te perdono,
Me perdono,
Por todo lo malo
Y lo bueno que tapo el olvido.
Quiero que seas feliz,
Que vuelvas a dar la altura
Y dejes de ser la medida del infierno.


martes, 20 de octubre de 2015

Vivir

Vivir,
Vivir siempre,
Caer
Y subir,
Soñar,
Amar,
Odiar,
Correr,
Gritar,
Caer
Y llorar,
Levantarse
Y caminar,
Beber,
Bailar,
Escribir,
Cantar,
Luchar,
Luchar siempre,
Y vivir,
Siempre vivir.

sábado, 17 de octubre de 2015

Olvidarte tras el incendio

A contralatido,
con gasolina en las venas
y un mechero en los labios.
Va arder tu recuerdo,
voy a desconocerte,
y serás ceniza en mis manos.
Así, sin apagaincendios,
bomberos de corazones,
ni extintores quitapenas.
No podrás librarte del hambre que tienen mis ganas.
Voy a olvidarte,
Amor.
Voy a olvidarte,
aunque también me devoren las llamas.

Yo pago esta ronda

Yo te invito
A Quemar todos los garitos
Desgastar la pista de baile,
Buscarle las cosquillas
A la noche
Y atar cabos,
Clavar los clavos,
Anclar el pasado,
Cerrar el sobre 
Y lanzarlo al oceano.
Llovernos las ganas,
Hacernos un mapa,
Y viajar juntos.

Insisto,
Yo te invito
A romper los márgenes,
Proclamarnos reyes del mundo
Y atrapar estrellas fugaces
Con la yema de nuestras manos,
Agarranos,
No soltarnos nunca antes del abismo,
Y dejarnos caer,
Sin paracaidas,
A la velocidad de la luz,
Y que NO nos pare el suelo 
Sino nuestro corazón 
ya cansado de bombear por el otro.
Reventarnos la ilusión 
A golpes de cadera,
Devorarnos
las bocas,
Desojarnos las pestañas a promesas,
Y desgarrarnos a despedidas.
Comernos los imposibles,
Vomitarlos a la cara de la cordura,
Pisotear su tumba,
Y nunca llevarle flores.
Ser vida,
Vivirla,
Revivirla,
Y volver a vivir sin miedos.

Yo te invito,
Insisto,
Yo pagare esta ronda.


lunes, 5 de octubre de 2015

Pamplona, mi ciudad amurallada.



Pamplona es dos estaciones amuralladas,
dos almas salvajes encerradas en cascaras de nuez,
calles cortas bordeadas por montañas norteñas
y un cielo gris.
Un duelo de banderas en los balcones,
manifestaciones rojas,
universitarios de mocasines 
y jarras de cerveza en terrazas heladas.

Es una ciudad de historias,
de religión y revuelta, 
de tormentas sin primavera,
y hojas secas sin otoño.
Pero hay poesía escondida en las calles de lo viejo,
en la estafeta y sus casas de colores al aire.
Huele a vino, cerveza, pinchos y polvo.  
Sus calles son laberintos
y ahí, en sus encrucijadas 
una rúa que reta:
 "Sal si puedes".

He besado sus aceras;
he caído sobre la piedra fría,
arrancado hierba del parque Yamaguchi;
me he perdido por los recovecos de la Ciudadela
 y visitado los ciervos de la Taconera.
He comido, 
bebido 
y caminado Pamplona, 
porque es mi ciudad; 
la ciudad  que me dio a luz,
que me enseñó la amplia escala de grises que visten las nubes,
lo bonitas que se ven las estrellas a las afueras,
que hay algunos bancos que tienen el nombre de aquel borracho que siempre bebe ahí,
hay mesas donde cada sábado se reúnen los mismos de siempre a ver pasar el invierno,
casinos que siempre jugaran sus fichas,
bares que cierran con la última copa;
copa que nunca llega;
que se pierde entre la noche;
los amigos, 
los besos imposibles,
y ese baile torpe al ritmo del alcohol.

Quiero esta ciudad, 
aunque sea cárcel 
y yo su presa.
La quiero,
a contralatido,
aunque haga más difícil el olvido,
Y le guste jugar a encontronazos.

Es preciosa, 
verde,
gris, 
de piedra 
y ladrillo. 
Por ello, todos los caminos llevan a Pamplona, 
alguien debió de equivocarse al afirmar que llegaban a Roma.
Este es el epicentro del mundo,
Mi mundo,
Pamplona.

jueves, 1 de octubre de 2015

Devoracaminos



8:38 Estoy en el coche. Ya ha amanecido y la humedad empapa los cristales con su rocío. En el cielo no hay una sola nube y el sol brilla a sus anchas sin nadie que se lo impida. Es buen día para hacer una etapa del camino de Santiago.

8:53 Paro a desayunar. Es necesario, el camino será largo y voy a necesitar fuerzas. Estoy muy acatarrada y por poco no me dejan salir de casa mis padres, pero me han podido las ganas y esta hambre devoramundos. Puede que mañana no pueda salir de la cama por el resfriado pero merecerá la pena cada paso del camino. 

9:55 Empieza el camino desde Pamplona. Destino Puente la Reina. Hemos salido mas tarde de lo planeado. No importa, tenemos todo un día por delante para llegar. 

11:57 Nos paramos de nuevo. Hemos encontrado una montaña de paja y estiércol. Queremos, necesitamos, escalarla. No nos importa ensuciarnos, tropezar o no saber como bajar. Subimos a ella con gran agilidad y dejamos que el viento nos azote la cara. Saboreamos la aventura; a veces la felicidad se encuentra en estas pequeñas cosas. 

12:27 Hemos encontrado un lago increíble. En sus aguas se reflejan las nubes y se respira una calma de mil silencios. Parece que el tiempo se haya quedado estancado en su orilla y tengamos toda una eternidad para reanudar la marcha.

13:11 Hemos llegado a un cementerio minúsculo. Todas menos yo se han subido a su muro. Yo no podía, no tenía fuerzas. Nos hemos sacado fotos y cuando han ido a bajar todas Carla se ha caído del muro. Se ha mareado por lo fuerte que ha sido la caída.

13:13 Carla ya esta mejor. Ha sido solo un susto. 

13:16 Reanudamos la marcha campo a través para acortar el camino. Corremos.

13:23 Llegamos a Zaraquiegui y nos hemos sentado en un albergue a comer. 

15:00 He tardado mucho en acabar el bocadillo, soy lenta comiendo y me gusta disfrutar de las buenas conversaciones al rededor de la mesa. Hemos charlado sobre la felicidad, Andrea y Ani dicen que se encuentra en las pequeñas cosas; hablan de la vida como si fueran momentos en los que vivir es el mayor placer. Yo, sin embargo, creo que para ser feliz hay que hacer feliz a los demás. Almudena, Carla y Maria del Mar no saben cual es la receta pero la desean, como todo ser humano; todos queremos ser felices.

15:45 Llegamos a una explanada con figuras de Don Quijote. Parece que están raspando el cielo, y retando al mundo a ser más justo. 

16:37 Camino sola. Necesitaba hacerlo. El camino también es para disfrutarlo en soledad, para dejar a la naturaleza estar y admirarse a tu paso. Detrás, lejos, mis amigas cantan. Yo ya no tengo voz. Ando deprisa, se que si parara estaría agotada para reanudar la marcha, por ello ando, ando y no me detengo un instante.

16:45 He llegado a Uterga. No hay nadie. Esta desierto y en medio de ninguna parte. Estoy segura que desde aquí las estrellas se ven de noche mucho mas brillantes. Qué suerte, en la ciudad ese es un privilegio del que estamos privados. 

17:16 He llegado a Muruzabal. Tengo una sensación extraña al andar sobre asfalto. Mis ojos ya se han acostumbrado a ver verde y campo por todas partes. Parece que ya no pise mundo sino algo artificial y rudo, como si pies necesitaran sentir la tierra a su paso. 

17:24 Salimos del pueblo y volvemos al campo. Respiro. 

17:41 Estamos en Obános. 

17:47 Nos hemos encontrado un jardín con un caballo blanco. Cuando de pequeña tenía un caballo llamado Sur, siempre quise tenerlo en el jardín de casa. Me imaginaba que nos cortaría la hierba, podría montarlo todos los días y cuidarlo personalmente. Ojalá yo hubiera podido.

17:51 Suena mi canción. "Father and son" de Cat Steves. La escuchamos con los ojos cerrados en un banco. Hay canciones que necesitan ser sentidas más que escuchadas. 

18:00 Hemos conocido a unos peregrinos que comenzaron el viaje solos y ahora caminan juntos. El camino une sin diferenciar raza, posición económica o género. Uno de ellos esta haciendo el camino entero y se dirige a Santiago. Comenzó el viaje al terminar la carrera, solo y con una mochila para experimentar todo lo que había leído en los libros. Me recordó a el protagonista de la película "Hacia rutas salvajes". Creo que se necesita un buena dosis de valentía para atreverse a comenzar un camino tan largo en soledad. 

18:34 Hemos llegado a Puente la Reina. Estoy cubierta de polvo y sudor, pero toda esta suciedad ha merecido la pena. Después de un camino muy largo, con subidas y bajadas, hemos completado la etapa, pero sobre todo, hemos vivido el camino.

19:00 Son fiestas en Puente la Reina. Andrea y yo aprovechamos parar correr delante de las vaquillas. 

19:30 Corro, una vaquilla solo, porque hemos pasado mucho miedo. La verdad que una no es consciente del peligro hasta que le mira a los ojos cara a cara. Es ahí cuando la imprudencia asienta la cabes y recula. 

20:22 Cogemos el bus y volvemos a Pamplona. Estamos agotadas pero felices. No es un cansancio que pesa, sino una fatiga alegre, de esas que complacen el alma después de un gran esfuerzo. Me ha encantado, este camino a Santiago no puede acabar aquí así que…
Continuará…