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viernes, 25 de diciembre de 2015

Vuelve

Cuando se trata de ti
rendirse no es un opción.
Siempre resurge la esperanza de sus ruinas
y vuelven a florecerme las ganas de tenerte.
Por ello, 
vuelve.

Vuelve a mí,
para que pueda decirte 
con el oído en tu pecho,
un fría tarde de invierno:
“Quédate”

Quédate, que aún nos quedan bailes,
paseos y besos,
por esquinas y recovecos.
Tardes cortas,
sueños largos,
risas con gran esperanza de vida,
y cuchillos mata mentiras.

Quiero volver a buscar el calor al abrigo de tu espalda.
Que me beses la frente 
y me seques las lágrimas
-de alegría,
de tristeza ya tuvimos suficientes-.

Quiero que me apartes el pelo de la cara,
me sonrías, 
y viajar a tus pupilas 
para sorber a poquitos el café de tus ojos.

Tengo sed,
cuando se trata de ti,
siempre estoy sedienta.
Por eso sigo escribiendo,
de alguna manera tengo que tenerte a mi lado,
y si no es así, dime, ¿cómo, donde y cuando?

Cuando quieras,
como quieres,
donde quieras.

Pero vuelve.
Desnudo de aditivos,
con las cicatrices al aire,
el orgullo en los huesos 
y el corazón en incubadora.


Y si vuelves...que sea para quedarte. 

viernes, 18 de diciembre de 2015

Chica de blanco sobre fondo negro. Acto V

Acto V

Chica de blanco sobre fondo negro luce cicatriz izquierda con orgullo. La herida le hizo fuerte, fue disparo de salida para realizar sus sueños sola, crecer y volver a ella. Así son los golpes, con suerte, encarrilan. Chica de negro sobre fondo blanco la mira resignada. Nunca tuvo buen perder, y esa había sido su derrota más dura. 

Chica de blanco camina hacia la meta con pies de plomo, viene cargada de esperanza y rebosa felicidad. Ahora bien, no sabe que hacer con ella. Nunca había tenido tanta para ella sola. Chica de negro aprovecha y hurga con malicia descosiendo cicatriz. Ojalá compartir tanto con él. Chica de blanco se detiene, casi esta en el pico de una gran montaña. Mira atrás, la caída es puro vértigo. Lo ve a él entre ortigas ya demasiado lejos como para entender cuanto dolor tiene guardada su mirada. Demasiado tarde. Se dice. Vuele. Dice chica de negro. 

Cae la noche y chica de negro hace hoguera de penas donde quemar recuerdos y verlos danzar con las llamas. Chica de blanco sobre fondo negro se deja caer, la duda le ha saltado sin piedad al cuello y debe deliberar sobre el ascenso. La felicidad también pesa si no encaja con sus manos.

La noche pasa tortuosamente lenta, casi con la malicia de un tiempo que se vuelve sentencia. Afortunadamente siempre llega el nuevo día y, de Nuevo, sale el sol. 

Chica de blanco abre los ojos, la herida ha dejado de sangrar, y vuelve a formar cicatriz. Ahora lo ve todo más claro. No puede dejar el viaje allí, él no merece un sacrificio como el de aquel descenso. Chica de negro grita rota de dolor, no quiere olvidar ni dejar atrás. 

Chica de blanco sobre fondo negro se levanta y camina. Camina y camina y camina, horas y horas. Tantas horas pasa caminando que sus manos se vuelven zarpas, y sus rodillas lucen los rasguños feroces de la naturaleza.
Cuanto más asciende más lejos queda la silueta de aquel que un día amo. Así, laniebla  del tiempo y su distancia va borrando los recuerdos y curando el corazón con olvido. 
Chica de negro también queda tras su paso. La sigue como puede, agotada y oscura, casi sin abrir la boca, o atraparla. 
A veces, aún, recupera fuerzas y logra posicionarse cerca, pero nunca lo suficientemente cerca como para detener a la chica de blanco. 

Chica de blanco sobre fondo negro asciende una montaña peligrosa que le pormete felicidad y éxito en la cima. 
No se detiene, ya no duda, ya no cae, solo anda.

Aprehender

Y si algo he aprendido
es que de todo se aprende.
Que basta con tropezar
Y tro      zar
         pe
Y tro
        pe      
              zar
Y tro
        p
         e
           z
             a
               r
Una y otra vez,
para reunir valor y levantarse de nuevo
con un escudo de poemas en la palma de la mano;
500 sueños y una noche enredada en las pestañas.

Hay que seguir,
hacía delante,
aunque la caída a veces sea inevitable,
la subida siempre será posible. 
El poder de superar los miedos
lo tenemos en la fuerza del espíritu,
Somos fuertes,
Lo somos.
Solo tenemos que querer,
porque querer es poder
y nosotros podemos.
Podemos soñar,
podemos hacerlo real,
y sobre todo,
podemos ser felices. 
Pero primero hay que querer,
aprender de las piedras en el camino,
sembrar a nuestro arraso
para dejar un futuro mejor a los que siguen nuestros pasos.
Caminar,
siempre,
con alguna excepción,
hacia el norte. 
Luchar,
Dejarnos la piel en cada intento por rozar la luna con los labios.

Si algo he aprendido
es que los imposibles existen hasta que los rompes con ganas. 
Y a mí ganas me sobran.

martes, 8 de diciembre de 2015

Tú en cuestiones de gramática

A veces cuando escribo los pronombres llevan tus dos apellidos cosidos a las letras.
Es entonces, cuando me da miedo escribir.
Cuando se que esta cicatriz es una historia queriendo hacer herida al papel,
sabiendo que haré transparente una vida de guerras y un amor demasiado cruel;
siendo consciente de que te has convertido en aquello que los poetas llamaron musa,
y ahora no puedo escapar de ti,
te cuelas en mis letras,
pones perdida la hoja,
y me pierdes a mí.
Estoy harta de escribirte,
cansada de que en cuestiones de gramática no te quieras ir.
Eres como el descosido que siempre vuelve romperse,
y tienes la mala costumbre de hacerlo entre mis manos,
como si pisotear corazones X no fuera suficiente
para llenar tu tendencia a la autodestrucción.
Me frustras los versos,
que se vuelven oscuros,
cuando por algún casual te cruzas con alguna de mis rimas.
¿Tan difícil es dejar mi poesía aparte?
No sé que me da miedo realmente,
un sujeto omitido con tu mirada,
o una narración con nuestra historia,
sea lo que sea, procuro no caer en ti,
superar este vicio de escribirte siempre.



viernes, 4 de diciembre de 2015

Disparos

Como siempre, los disparos más vivos
llevan la muerte en los talones.
Basta con que vuelen al aire
de cualquier corazón, abdomen o cabeza,
para arrancar una sonrisa a la tristeza,
que ya se proclama vencedora de los miedos,
y bebe derrotas en copa de oro. 

A las victorias de esa mujer de luto,
se le suman mis derrotas en el bolso.
Todas ellas,
las que tienen tu nombre cosido en la piel,
aquellas sin billete de vuelta,
derrotas sin escudo y poca estrategia,
con precipicios sobre papel,
y anestesias sabor a olvido. 

Como siempre, la vida es una moneda
con la muerte en reverso.
Basta con jugársela a cara o cruz
para saber que toque lo que toque,
siempre perderemos algo,
por muy pequeño,
insignificante,
y transparente que sea. 

Nos gusta acumularla en la cartera,
como si la plata diera la felicidad
o fuera anfitrión de su frontera.
Así es como vamos perdiendo aún más
que jugando con ella. 
Cara o cruz se rebelan 
siendo cara de la misma moneda,
y ahí es cuando llega el disparo,
que como siempre hace sonreír a la tristeza,
que se ríe de nuestra derrotas,
y comienza a ondear bandera. 
Es entonces cuando estamos más vivos,
cuando sentimos el abismo a los pies,
y caemos,
lloramos,
escribimos. 
En cada catástrofe
vivimos,
y es que a los disparos
les suele florecer primavera. 



miércoles, 2 de diciembre de 2015

Evas

Las mujeres somos un arma vestida a matar, 
con un universo entre las piernas
y veneno en los labios.
Tenemos el mundo a los pies,
llevamos pantalones mejor que nadie,
la vida condensada en la sonrisa
y estrategias de guerra en los bolsillos.

Somos mujeres,
de a pie,
por la calle,
en el suelo
y en la azotea,
sobre la cama,
bajo las faldas
y pestañas de canela.

Mujeres de bares,
mujeres de oficina,
y libreta,
mujeres de noche roja
y tardes negras,
mujeres de guiño escarlata
mujeres de caminar metralleta
y caderas accidente.
Mujeres de vara,
de pluma,
de puchero,
de historias,
de balas
a pecho
y cabeza.
Mujeres dinamita,
mujeres de tequila
de rumbas,
de sábados,
mujeres de semana
y para toda la vida.

Somos un arma,
cerillas,
heridas,
pecado,
manzanas
de delirios
y éxtasis.

jueves, 26 de noviembre de 2015





Me sangran las palabras a cuenta gotas de las manos,
Se me escurren por el bolígrafo a una hoja de papel,
y así esta, llena de garabatos. 


Cuando suba la marea


Te iras cuando suba la marea,
a buscar otros mares
de labios,
de abrazos
y miradas
que no serán los mios.

Salvaras algún naufrago,
ahogaras algún tiburón,
y besarás sirenas sin nombre,
sin cara,
sin casa,
pasado,
presente o futuro. 
No te quedarás,
pronto las aguas se vuelven saladas,
y tu eres marinero de aguas dulces,
no sabes navegar las penas,
superar tormentas con timón en mano
ni bailarle las corrientes a la mar. 

Navegaras,
a otras faldas,
entre piernas,
caladas de demencia
y botellas de ron. 

Hablales de mí 
a alguna como yo,
tú estarás sin mí,
y este mar,
estará mejor. 



jueves, 19 de noviembre de 2015

Esta noche

Escribirte,
describirte,
y volverte a escribir.
Dejarte salir de mí,
hacerte tinta,
huir,
volver,
revivirte en cada vocablo,
golpearte con tinta
y dejarte morir
en el precipicio de un folio en blanco.
Eso es lo que quiero
esta noche.

Tocado y hundido

Habla de mí,
hazme inmortal en tu boca,
muerde mi recuerdo
y retuerce tus entrañas
con ansias de odio,
de guerra,
de muerte.
Vuelve te loco, 
más todavía,
no me olvides,
nunca lo hagas,
que quiero estar ahí cuando caigas.

martes, 17 de noviembre de 2015

Acordes

Lucía,
La distancia se come,
se puede escribir en un papel
y tirarla a la basura más cercana.
Podemos maquillarla
para que parezca más bonita,
O taparle media cara
para hacerla pequeña. 
Podemos hacerlo,
pero es el tiempo quien presta batalla,
quien dictamina cuando, 
y lo hace al ritmo de una guitarra. 
Por ello,
por el maldito tiempo
y esta distancia,
hay que disfrutar del viaje,
del de ida,
los viajes de vuelta suelen ser más rápidos.

A tu mente le han abierto ventanas,
ahora entra más luz,
aunque por la puerta, 
la de casa,
brille la añoranza. 
Tranquila, todo acaba volviendo
como si la vida de un frisbee se tratara. 
Es cuestión de que al reloj,
al calendario,
a este puto horario 
le de la gana. 
La Navidad siempre es una salida de emergencia asegurada.
Si se pasa fuera de casa es menos Navidad.
Así que volverás a Pamplona,
la ciudad amurallada,
cruzaras esa puerta que separa mundos;
pero solo eso,
mundos;
y aquí estaremos esperándote,
como si nunca te hubieras ido,
Ccmo si no hubiera pasado una fiesta sin tu voz rondando la sala.
Tal vez entonces vuelvas a componer,
guitarra en mano,
tú casa,
tú familia,
nosotras,
las de siempre,
siempre a tu lado.

Vuelve ya, Lucía,
Vuelve porque estamos esperando.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Ticket a una vida

He querido
y quiero quererte,
mas ya no puedo.
La fe,
ese don divino y caprichoso,
hizo las maletas y se fue de viaje.
Me he cansado de esperarle en la estación,
no vuelve,
se quedó extraviada en alguna parada de mi razón
y la vida sigue sin ella.
No te voy a mentir,
en la práctica todo es más fácil sin su presencia.
No la echo de menos a ella,
sino a las respuestas que antes llenaba;
lo ha dejado todo lleno de enigmas 
y en el andén empiezan a rebosar incertidumbres.
No creo en Dios.
No sé que pasará después,
pero no temo a la muerte.
Moriré,
morirás,
moriremos...
Nadie escapa de sus brazos,
un día llega la noche
y se apaga la vida.
...
Mas tal vez no vayamos a ningún lado,
solo dejemos de ser,
volvamos a la nada,
a no vernos las caras
ni darnos abrazos.
Nos va a comer el olvido,
tal vez el tren nunca llegue,
solo exista un viaje
y sea este.

martes, 10 de noviembre de 2015

Inmortal

Escribir es hacerme tinta,
dejarme fluir,
ser y estar
en una hoja de papel.
Un mundo solo mio;
refugio en blanco
al que acudir siempre
para combatir el estío.
Salpicar el vacío de alma,
y dejarlo todo perdido de mí,
de mi mala costumbre
por esconderme tras hojas,
y hablar a la nada,
en una continua reflexión conmigo misma.


Soy esto:
palabras.
Cuadernos repletos de palabras,
de historias,
mis vidas de gato negro
maullando sueños equívocos.

Hay dibujos que son grietas
hacía mi oscuridad,
garabatos que son lágrimas,
y sílabas que son estaciones,
de tren,
de metro,
de inviernos que se van y vienen,
tempestades que vuelven
y primaveras que renacen de sus cenizas.

Entre punto y coma
tengo guardada una sonrisa
para que nadie la rompa,
la tache,
la arrugue,
ni la tire a ninguna basura.
Esta ahí,
disfrazada de negro,
como siempre,
con un boli entre los dientes
y una coraza de poemas.
Escribe a los huesos de un pasado,
las ruinas del ayer que fue fracaso,
a las deudas mudas,
y el caos que se cuela entre sus manos.

Me lleva el viento,
pero no el olvido.
Lo que se escribe perdura,
y mientras así sea,
seré inmortal.
Un alma de tinta
sobre la infinitud de un folio en blanco.



miércoles, 4 de noviembre de 2015

Conocerte

Quisiera conocerte.
Sí, conocerte.
Aunque todos mis sentidos alerten 
PELIGRO
cuando te ven llegar.

Algo en ti me atrapa,
me arrebata el miedo 
a golpe de mirada 
y sonrisa;
y quiero conocerte.
Saber si eres de los que se dejan la piel por vivir,
o al contrario,
de los que huyen ante la ventisca.
Si tú también escribes,
o lo intentas, 
qué bebes a media noche,
o si eres más de día.
qué música te acompaña cuando estas perdido,
quien es tu brújula,
tu ventana,
tu paisaje,
y cuentas batallas le ganaste al olvido.

Quiero conocerte
hasta los huesos,
adivinar el deseo en tus ojos,
la felicidad en tu boca,
tu próximo sueño en los bolsillos.

Quiero conocerte,
aunque seas Peligro,
suene la alarma,
y se aproxime el incendio.

martes, 27 de octubre de 2015

Te perdono




Te perdono,
Me perdono,
Por todo lo malo
Y lo bueno que tapo el olvido.
Quiero que seas feliz,
Que vuelvas a dar la altura
Y dejes de ser la medida del infierno.


martes, 20 de octubre de 2015

Vivir

Vivir,
Vivir siempre,
Caer
Y subir,
Soñar,
Amar,
Odiar,
Correr,
Gritar,
Caer
Y llorar,
Levantarse
Y caminar,
Beber,
Bailar,
Escribir,
Cantar,
Luchar,
Luchar siempre,
Y vivir,
Siempre vivir.

sábado, 17 de octubre de 2015

Olvidarte tras el incendio

A contralatido,
con gasolina en las venas
y un mechero en los labios.
Va arder tu recuerdo,
voy a desconocerte,
y serás ceniza en mis manos.
Así, sin apagaincendios,
bomberos de corazones,
ni extintores quitapenas.
No podrás librarte del hambre que tienen mis ganas.
Voy a olvidarte,
Amor.
Voy a olvidarte,
aunque también me devoren las llamas.

Yo pago esta ronda

Yo te invito
A Quemar todos los garitos
Desgastar la pista de baile,
Buscarle las cosquillas
A la noche
Y atar cabos,
Clavar los clavos,
Anclar el pasado,
Cerrar el sobre 
Y lanzarlo al oceano.
Llovernos las ganas,
Hacernos un mapa,
Y viajar juntos.

Insisto,
Yo te invito
A romper los márgenes,
Proclamarnos reyes del mundo
Y atrapar estrellas fugaces
Con la yema de nuestras manos,
Agarranos,
No soltarnos nunca antes del abismo,
Y dejarnos caer,
Sin paracaidas,
A la velocidad de la luz,
Y que NO nos pare el suelo 
Sino nuestro corazón 
ya cansado de bombear por el otro.
Reventarnos la ilusión 
A golpes de cadera,
Devorarnos
las bocas,
Desojarnos las pestañas a promesas,
Y desgarrarnos a despedidas.
Comernos los imposibles,
Vomitarlos a la cara de la cordura,
Pisotear su tumba,
Y nunca llevarle flores.
Ser vida,
Vivirla,
Revivirla,
Y volver a vivir sin miedos.

Yo te invito,
Insisto,
Yo pagare esta ronda.


lunes, 5 de octubre de 2015

Pamplona, mi ciudad amurallada.



Pamplona es dos estaciones amuralladas,
dos almas salvajes encerradas en cascaras de nuez,
calles cortas bordeadas por montañas norteñas
y un cielo gris.
Un duelo de banderas en los balcones,
manifestaciones rojas,
universitarios de mocasines 
y jarras de cerveza en terrazas heladas.

Es una ciudad de historias,
de religión y revuelta, 
de tormentas sin primavera,
y hojas secas sin otoño.
Pero hay poesía escondida en las calles de lo viejo,
en la estafeta y sus casas de colores al aire.
Huele a vino, cerveza, pinchos y polvo.  
Sus calles son laberintos
y ahí, en sus encrucijadas 
una rúa que reta:
 "Sal si puedes".

He besado sus aceras;
he caído sobre la piedra fría,
arrancado hierba del parque Yamaguchi;
me he perdido por los recovecos de la Ciudadela
 y visitado los ciervos de la Taconera.
He comido, 
bebido 
y caminado Pamplona, 
porque es mi ciudad; 
la ciudad  que me dio a luz,
que me enseñó la amplia escala de grises que visten las nubes,
lo bonitas que se ven las estrellas a las afueras,
que hay algunos bancos que tienen el nombre de aquel borracho que siempre bebe ahí,
hay mesas donde cada sábado se reúnen los mismos de siempre a ver pasar el invierno,
casinos que siempre jugaran sus fichas,
bares que cierran con la última copa;
copa que nunca llega;
que se pierde entre la noche;
los amigos, 
los besos imposibles,
y ese baile torpe al ritmo del alcohol.

Quiero esta ciudad, 
aunque sea cárcel 
y yo su presa.
La quiero,
a contralatido,
aunque haga más difícil el olvido,
Y le guste jugar a encontronazos.

Es preciosa, 
verde,
gris, 
de piedra 
y ladrillo. 
Por ello, todos los caminos llevan a Pamplona, 
alguien debió de equivocarse al afirmar que llegaban a Roma.
Este es el epicentro del mundo,
Mi mundo,
Pamplona.

jueves, 1 de octubre de 2015

Devoracaminos



8:38 Estoy en el coche. Ya ha amanecido y la humedad empapa los cristales con su rocío. En el cielo no hay una sola nube y el sol brilla a sus anchas sin nadie que se lo impida. Es buen día para hacer una etapa del camino de Santiago.

8:53 Paro a desayunar. Es necesario, el camino será largo y voy a necesitar fuerzas. Estoy muy acatarrada y por poco no me dejan salir de casa mis padres, pero me han podido las ganas y esta hambre devoramundos. Puede que mañana no pueda salir de la cama por el resfriado pero merecerá la pena cada paso del camino. 

9:55 Empieza el camino desde Pamplona. Destino Puente la Reina. Hemos salido mas tarde de lo planeado. No importa, tenemos todo un día por delante para llegar. 

11:57 Nos paramos de nuevo. Hemos encontrado una montaña de paja y estiércol. Queremos, necesitamos, escalarla. No nos importa ensuciarnos, tropezar o no saber como bajar. Subimos a ella con gran agilidad y dejamos que el viento nos azote la cara. Saboreamos la aventura; a veces la felicidad se encuentra en estas pequeñas cosas. 

12:27 Hemos encontrado un lago increíble. En sus aguas se reflejan las nubes y se respira una calma de mil silencios. Parece que el tiempo se haya quedado estancado en su orilla y tengamos toda una eternidad para reanudar la marcha.

13:11 Hemos llegado a un cementerio minúsculo. Todas menos yo se han subido a su muro. Yo no podía, no tenía fuerzas. Nos hemos sacado fotos y cuando han ido a bajar todas Carla se ha caído del muro. Se ha mareado por lo fuerte que ha sido la caída.

13:13 Carla ya esta mejor. Ha sido solo un susto. 

13:16 Reanudamos la marcha campo a través para acortar el camino. Corremos.

13:23 Llegamos a Zaraquiegui y nos hemos sentado en un albergue a comer. 

15:00 He tardado mucho en acabar el bocadillo, soy lenta comiendo y me gusta disfrutar de las buenas conversaciones al rededor de la mesa. Hemos charlado sobre la felicidad, Andrea y Ani dicen que se encuentra en las pequeñas cosas; hablan de la vida como si fueran momentos en los que vivir es el mayor placer. Yo, sin embargo, creo que para ser feliz hay que hacer feliz a los demás. Almudena, Carla y Maria del Mar no saben cual es la receta pero la desean, como todo ser humano; todos queremos ser felices.

15:45 Llegamos a una explanada con figuras de Don Quijote. Parece que están raspando el cielo, y retando al mundo a ser más justo. 

16:37 Camino sola. Necesitaba hacerlo. El camino también es para disfrutarlo en soledad, para dejar a la naturaleza estar y admirarse a tu paso. Detrás, lejos, mis amigas cantan. Yo ya no tengo voz. Ando deprisa, se que si parara estaría agotada para reanudar la marcha, por ello ando, ando y no me detengo un instante.

16:45 He llegado a Uterga. No hay nadie. Esta desierto y en medio de ninguna parte. Estoy segura que desde aquí las estrellas se ven de noche mucho mas brillantes. Qué suerte, en la ciudad ese es un privilegio del que estamos privados. 

17:16 He llegado a Muruzabal. Tengo una sensación extraña al andar sobre asfalto. Mis ojos ya se han acostumbrado a ver verde y campo por todas partes. Parece que ya no pise mundo sino algo artificial y rudo, como si pies necesitaran sentir la tierra a su paso. 

17:24 Salimos del pueblo y volvemos al campo. Respiro. 

17:41 Estamos en Obános. 

17:47 Nos hemos encontrado un jardín con un caballo blanco. Cuando de pequeña tenía un caballo llamado Sur, siempre quise tenerlo en el jardín de casa. Me imaginaba que nos cortaría la hierba, podría montarlo todos los días y cuidarlo personalmente. Ojalá yo hubiera podido.

17:51 Suena mi canción. "Father and son" de Cat Steves. La escuchamos con los ojos cerrados en un banco. Hay canciones que necesitan ser sentidas más que escuchadas. 

18:00 Hemos conocido a unos peregrinos que comenzaron el viaje solos y ahora caminan juntos. El camino une sin diferenciar raza, posición económica o género. Uno de ellos esta haciendo el camino entero y se dirige a Santiago. Comenzó el viaje al terminar la carrera, solo y con una mochila para experimentar todo lo que había leído en los libros. Me recordó a el protagonista de la película "Hacia rutas salvajes". Creo que se necesita un buena dosis de valentía para atreverse a comenzar un camino tan largo en soledad. 

18:34 Hemos llegado a Puente la Reina. Estoy cubierta de polvo y sudor, pero toda esta suciedad ha merecido la pena. Después de un camino muy largo, con subidas y bajadas, hemos completado la etapa, pero sobre todo, hemos vivido el camino.

19:00 Son fiestas en Puente la Reina. Andrea y yo aprovechamos parar correr delante de las vaquillas. 

19:30 Corro, una vaquilla solo, porque hemos pasado mucho miedo. La verdad que una no es consciente del peligro hasta que le mira a los ojos cara a cara. Es ahí cuando la imprudencia asienta la cabes y recula. 

20:22 Cogemos el bus y volvemos a Pamplona. Estamos agotadas pero felices. No es un cansancio que pesa, sino una fatiga alegre, de esas que complacen el alma después de un gran esfuerzo. Me ha encantado, este camino a Santiago no puede acabar aquí así que…
Continuará…



domingo, 20 de septiembre de 2015

Poetas






Todos los poetas tienen un corazón roto,
una historia a la que rendir luto
y llorar en tinta.


miércoles, 16 de septiembre de 2015

Mi mayor ridículo.

19:01. El crepúsculo de mi absurdo se cernía sobre la ciudad.
Hacía dos horas que había salido de casa, con prisas, como de costumbre. Vestía una blusa blanca, un falda ceñida con estampado étnico, unos leotardos negros y mis fieles zapatillas. Contra el frío helador de un invierno duro había escogido un enorme abrigo de piel que no podía ser de otra persona que de mi madre. Con el reloj pisándome los talones y una cita que me esperaba en el otro lado de la ciudad no me lo pensé dos veces antes de coger mi longboard y salir rodando hacía mi destino. Como era de esperar la falda no era lo suficientemente flexible para la carrera, y en alguna coordenada entre la salida y la meta se rompió. Afortunadamente el abrigo me cubría hasta los talones y no se veía que los leotardos eran ahora pantalones, mientras que mi falda colgaba como un delantal. Yo, con las prisas  y esa mala costumbre de olvidarme la cabeza en casa, no me di cuenta del estropicio y así fue pasando la tarde. 

Recorrí las calles de la ciudad con una amiga tan despistada como yo. Merendamos, paseamos, y finalmente fuimos a tomar algo a uno de los bares más frecuentados de la zona. Yendo hacía ahí, el sol , que raras veces aparece en la escena invernal, nos abrasaba. Tenía tanto calor que me quité el abrigo. Es de imaginar que las vistas traseras eran cómicas. Seguía sin darme cuenta, mi amiga iba delante y tampoco lo vio, así que seguimos nuestro camino. Fue en el momento en el que llegué al bar y me apresuré a pedir a la barra cuando mi amiga se dio cuenta del gran descosido que lucía mi falda. A pensar se sujetaba a mi cintura por dos débiles hilos que no tardarían en romperse también. 
El crepúsculo de mi absurdo se cernió sobre la ciudad. 19:02.

La vergüenza se adueño de mi cara. No me cabía más rojo en las mejillas y mi único deseo era el de salir corriendo de aquel bar. Me puse el abrigo rápidamente y nos marchamos antes de que alguien recordara mi cara. 

Ahora que recapitulo en la distancia es sólo una anécdota más de todas las veces en las que por no meter una pata me meto entera en el desastre. Aún recuerdo la sensación que me invadió el pecho en aquel momento. El pudor seguramente quería denunciar a la falda, o romper con ella el contrato laboral. La dignidad estaba bastante confusa y perdida en alguna parte. Y yo pensando que ese sería mi mayor ridículo en muchos años...

A día de hoy me pregunto a mi misma si esa sensación de vergüenza me la ha impuesto la sociedad con sus cánones y conceptos. ¿Acaso es el pudor algo con lo que nacemos o me lo han inculcado los demás? Cierto es que el ser humano tiende a preservar su intimidad, pero ¿por qué física si es ahí donde menos diferencias se encuentran? A veces sentimos vergüenza, frustración o inseguridad por ideas que la sociedad nos trasmite; y es normal que nosotros nos veamos influenciados por ellas. Sin embargo, tal vez, si fuéramos capaces de mirar las situaciones y los hechos con perspectiva nos afectarían menos  incidentes tan absurdos como el mío. 
Si algo hay que aprender para vivir felizmente es a dar importancia a las cosas que realmente se lo merecen y saber llevar los malos momentos con humor. No de todo se debe hacer un drama, al final y al cabo son estas las historias que al tejerse unas con otras formulan la nuestra. 

domingo, 13 de septiembre de 2015

Arte

El arte es algo así como romper lo establecido,
saltar al vacío,
comer los imposibles
 y vomitarlos a la cara de la cordura.

Correr,
 hasta que las piernas revienten de vida,
y soneir, 
hasta que los dientes brillen como diamantes.

Consiste en creer en la belleza de una gota de agua
y la pureza de un desnudo  bailando en plaza Dignidad. 
Invitar a una copa a tu conciencia,
y dejar las cervezas a parte,
las guitarras desafinadas,
y demasiadas voces mudas
en algún antro de la ciudad. 

Desgastar la carretera,
y dejarnos la piel en cada paso incierto
subiendo la montaña.
Observar el paisaje,
descubrir en cada puesta de sol un nuevo misterio
y rendirse a los enigmas de esos ojos tan bonitos que tiene la luna.
Que es guapa es para ser tan puta,
que puta es para ser tan blanca. 

Arte,
es saber cortarse 
y que la herida
sea tú boca.
Disparar
a cañonazos
los margenes de la sociedad
y empezar de cero.
Un folio en blanco y demasiado por crear.
Recear, las sabanas por la mañana siguiente,
la soledad.
Temblar,
llorar,
desgarrarse las historias
y hacer que el mundo llueva tinta. 

Navegar,
sin salvavidas,
con el ancla en el sol
y la brújula apuntando al cielo. 
Soñar,
dormir
y dejarse morir.
Sin miedo.
Siempre valiente.
Perdiendo la corriente,
ondulando la bandera libertad
y besando las olas con canciones de sirenas.

Regalar,
darse al crear 
y olvidar. 
Ser, 
dejarse ir,
entregarse al amar,
abrirse en canal
y pagar los peajes con cervezas,
cuentos chinos
y demasiados excesos.

Arte. 

Artes es saber vivir,
cuando solo te queda una vida,
y las otras seis se ahogaron en dinero,
fiebres de sábados noche,
piernas anónimas,
besos sin remite,
copas de mentiras.







martes, 8 de septiembre de 2015

La resignación lleva corbata, y tus ojos.


Hoy,
un día de otros muchos,
nos han hablado en clase Fundamentos de Filosofía sobre la resignación.
Esa capacidad por la que el ser humano se doblega ante una vida sin esperanza.

Olvidamos
que es necesario admirarse cada día,
que la belleza se encuentra hasta en el dolor,
y que las cosas más simples
a veces esconden los mayores misterios.

La memoria es selectiva,
 y afortunadamente,
o por desgracia,
terriblemente pasional.

Nos encanta el drama,
tanto que nos enamoramos de su tragedia.
Así pues, el niño,
siempre feliz,
carga a su espalda las complicaciones
que implica el crecer,
                           y poco a poco,
                                               día a día,
                                                          paso a paso,
                                                     pierde la ilusión.

Y es que el tiempo desgasta,
 y hay quien tiene las rodillas reventadas de tanto caerse.

Esto me recuerda Nietzsche,
y sus tres transformaciones del ser.
Camello, león y niño.
Hay que ser más niño.
Más
simplemente
FELIZ.

Pero la felicidad no entiende de ciencia,
recetas ni dietas,
Kilos de más,
o faldas de menos.
Sin embargo,
es nuestra mayor tarea,
ya que nos lleva toda una vida.

No estoy segura,
de si es la ausencia de felicidad,
o que no sabemos apreciar el mundo,
lo que nos roba el brillo en los ojos.
Pero nos resignamos.

Resignación
nos peina las pestañas
cuando los años
nos comen las ganas.

Estamos cansados,
de nosotros,
del porque sí,
los besos vacíos,
los platos de siempre,
y barrer corazones rotos.

Rendidos,
ante el tedio,
y con una palabra
de protesta en la boca.

Hay que aprender a mirar,
a admirarse,
y dejarse fluir;
somos agua.

Agua.

Y polvo de estrellas.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Chica dinamita. Libertad.

Libertad;

Chica de blanco sobre fondo negro. (IV Acto)

IVº Acto

Chica de blanco sobre fondo negro anda decidida hacia su futuro. Se propuesto atarle bien la corbata y no dejar que este ande suelto por ahí con esas pintas tan impresentables.

Toma papel y boli y se dispone a tomar apuntes de la lección.
Fundamentos de filosofía.
Empuña el arma de tinta con la mano derecha y observa el papel.

Chica de negro sobre fondo blanco lo estropea todo.
Ella y su poco fundamento para demasiada filosofía.
Como siempre dibuja.
Dibuja.
Lineas que acaban siendo caminos,
trazos que acaban siendo atajos,
y rectas que rompen los márgenes de la hoja.
Chica de blanco escucha.
Están aprendiendo a trabajar en equipo.

En alguna coordenada entre la sombra y la luz se han encontrado,
y su eclipse no ha dejado ciego a ningún inocente.
Todavía.
Quién sabe cuando vencerá el caos a tan extraña armonía.

Ahora se miran,
incluso se sonríen.
Pero,
¿Hasta cuando?

sábado, 25 de julio de 2015

Chica de blanco sobre fondo negro (II)


Se abre el telón y el público aplaude con alegría para recibir a las protagonistas del drama. Aparece en la escena de la chica de blanco sobre fondo negro y comienza la música. Sonríe y besa al público con la mirada.

Después baila, baila como si sus pies no supieran hacer otra cosa y el resto de su cuerpo no conociera más latir que el de la música. Fluye con las notas musicales de una melodía viva, llena de colores y nuevas primaveras que hacen florecer en la sala mil sonrisas. Chica de blanco viste felicidad con pocas costuras, se mueve ligera como una pluma y no la lleva el viento, sino los acordes de la euforia. Detrás, las sombras la persiguen, tiran de sus ropas, le arañan la piel, le escupen oscuridad pero no la corroen con su mentiras, ella baila a la vida, y brilla con luz propia.

Entonces aparece en la escena la chica de negro sobre fondo blanco. No se la ve venir. Viene silenciosa entre las sombras, como un depredador que ataca a su presa. Esta vez es diferente. Presa y cazador son la misma persona. El escenario parece no ser lo suficientemente grande para las dos. La luz disminuye tortuosamente y chica de negro ataca. Corre en búsqueda de la chica de blanco sobre fondo negro, y esta huye suave, casi sin tocar el suelo. La música se agita con cada zancada, y las notas musicales parecen ser latidos de un maremoto cardiaco. Chica de blanco tropieza, muerde el suelo, y por un momento parece estar al borde del escenario sobre el que representan la función. Está atrapada rozando el abismo y mil caras anónimas la miran, se ríen, la abuchean. El fondo negro pesa, lo lleva cargado a la espalda y aún así sonríe. Siempre sonríe. Llega la cazadora vestida de noche, la alcanza con determinación y fiereza, como lo hace el odio cuando cobra venganza. Chica de negro se introduce en la cabeza de la chica de blanco y le salpica su pureza de maldad. Blanco y negro no vuelven a ser lo mismo. Solo queda el gris de una niebla espesa.  


La música se trunca tortuosa y lúgubre. A veces vuelve a ser primavera, florece, con el verano arde, otras cae y es otoño, y cuando corta gélida, vuelve al invierno, y así en un bis de notas musicales. Chica de blanco sobre fondo negro lucha, se rebela y golpea al odio con amor, no hay golpe más duro de el suyo. Chica de negro la amordaza, miente y la engaña, da vueltas sobre sí misma hasta marearla y no deja que descanse entre cada melodía. Se disparan a corazón abierto y siempre a la vez, bailan. La danza no cesa. Se mueven dolorosamente juntas y la armonía las hace humanas.

Chica de blanco sobre fondo negro (III)

Tercer acto.

Sonríe, sin explicación, la chica de blanco sonríe y las comisuras de sus labios se arrugan con gracia. Así esta más guapa, o al menos, parece más feliz. A veces estas cosas ocurren, cosas como las de asociar la belleza a la felicidad y la fealdad a la tristeza. Pero ella era bella, y los instantes que sonreía parecía completa, eso: feliz. 
Nadie sabía porque lo hacía ya que el fondo oscuro no le daba motivos para regalar una sonrisa tan blanca. 

Lo cierto es que un recuerdo se le había cruzado por la mente, y como si fuera una estrella fugaz le había iluminado el alma. Era un recuerdo en honor al amor; cabe recalcar que era amor verdadero, no de esos que se encuentra en cualquier mercadillo de la calle Discoteca. Con él la chica de blanco había logrado ver el fondo de color rosa, y como si el mundo se tratara de un bola de algodón dulce había querido comérselo. 

A veces le pasaba. Iba por ahí sola y con su música, y sin aviso le bombardeaba un recuerdo como aquel. Sonreía y algo le pinchaba el corazón, como si todavía doliese que eso fuera pasado. Pero no se detenía, subía el volumen de la música y seguía su camino fingiendo saber a donde iba.

Algo parecido le ocurre a la chica de negro sobre fondo blanco, pero ella no sonríe con la misma luz. Su sonrisa, si es que esa mueca torcida merece el nombre, esta torturada por el dolor. A veces los recuerdos bellos son como balas, y la chica de negro no viste corazón blindado. La pena se le condensa en los ojos, y llueve, porque sino le explota el alma y no conviene manchar las paredes blancas de tanto negro. 

La chica de negro sube volumen de la música pero su mente grita aún más alto y ya lleva demasiado tiempo con dolor de cabeza. Entonces se encuentran las dos, las coordenadas son idóneas. Se produce el eclipse lunar y se abrazan, porque el color no hace la diferencia. Las dos están rotas por la misma bala pero con cicatrices diferentes. La chica de blanco a aprendido a afrontar el dolor con sonrisas y futuro, pero la chica de negro sobre fondo blanco se remonta al sufrimiento porque vive el pasado como si fuera el presente. La música las acompaña a las dos, porque es un lenguaje que une.

Así que se abrazan. 
Llueven estrellas fugaces.
Pero ya no importa.
La sonrisa se ha fundido con las lagrimas y solo han quedado recuerdos. 





jueves, 16 de julio de 2015

Chica de blanco sobre fondo negro

Primer acto

Aparece en la escena la chica de blanco sobre fondo negro. Nos examinamos sin pausa, encontrando las miradas en cada pestañeo. Nos reconocemos, nos sabemos y lo peor de todo, nos veíamos venir. Ha llegado aquí para llenarme la cabeza de cadenas y pintar con tiza los limites de mi cordura. Pero ella no debería de opinar, es amante suicida sobre puentes pasados, no tiene tacto con el que palpar los sueños y hace tiempo que destiñó de noche su propia luz.

Yo, chica blanco sobre fondo negro, la pierdo entre mis sobras, a veces no la encuentro. No importa, la importancia se ha fundido con el valor de las monedas y ella no vale nada; nada que merezca la pena. Pena, la que habita en su sonrisa de kamikaze sobre labios veneno y piel cerilla. Parece disfrutar de tanta oscuridad sobre fondo blanco, ya ha asimilado que soy yo, y no ella, la chica de blanco sobre fondo negro. Que puedo ser fuego en la oscuridad de una caverna, que no necesito de nada ni de nadie que me ilumine la vida, porque he aprendido que solo hay una heroína y debería llevar mi nombre después tanta catástrofe. 

   Hoy, después de tantos matices, puedo mirar el espejo y besarme las sombras aunque nunca las lleve por medalla. Y sigo siendo yo, la misma chica de blanco sobre un mundo oscuro y cruel. Miro a mi al rededor y lo veo: así es, así soy; y probablemente la labor más difícil sea aceptarlo en su simplicidad más  compleja. A veces el problema del fondo somos nosotros, la sombras que siguen nuestra luz y ocultan de nuestros ojos otros puentes a vidas mejores.
Buscamos respuestas equivocadas en problemas simples, y creemos en la dificultad de las soluciones para ecuaciones aparentemente complejas.

   Yo, chica de blanco sobre fondo negro, he visto la amplia escala de grises con la que me describieron la vida...ahora que me veo la piel traslúcida del alma y la negrura de mi entorno sé, no por vista ni olfato, que nos equivocamos con los grises, que la vida es más fácil de lo que nos gusta reconocer. Es blanca o negra, como nosotros, y no hablo de tonos de piel, coordenadas geográficas ni etiquetas; hablo de espíritu hechos de luz contra mundos hostiles o de almas descompuestas por corazones caducos.

   Aquella chica de negro sobre fondo blanco ha perdido el norte, el sur, el este, el oeste, y lo más  importante, la brújula que le bombeaba sangre por amor al arte. Su corazón. Suele pasar cuando uno lo deja en desuso. Primero se oxida, el tiempo lo pule y como todo fuego que se apaga...termina en ceniza. Polvo que que es dinamita pero no tiene mechero, ni ave fénix, ni antorcha. Por ello chica de negro viste luto por su alma mientras su mundo brilla ajeno a su dolor. Así es, a nadie le importa sus miedos, que su segundo nombre sea odio, que alguien haya pulido su corazón a martillazos o le haya cosido un mapa de lágrimas en las pupilas.

   La bolsa sigue corriendo, los ladrones robando, los enamorados besando, las golondrinas emigrando y nosotras tratando de aprender a vivir con fondo blanco o negro. Sea como sea. Sobrevivimos sin matices con una sentencia de muerte pisándonos los talones.